Cuando no son invisibles, las mujeres son revictimizadas y sobreexpuestas en los medios

Poco a poco, las mujeres se han abierto camino entre los titulares noticiosos. Pasaron de ser identificadas sólo en roles tradicionales, de cuido, al registro de los hechos violentos en su contra. Sin embargo, esta visibilización no ha sido la mejor. Aún siendo víctimas, la responsabilidad sigue siendo de las mujeres, protagonistas de escenas que provocaron la ira y el deseo de los hombres. La normalización de la violencia en las calles se trasladó a la narrativa de los medios, sin ningún tipo de filtro que pusiera en perspectiva lo que estaba detrás de esos hechos.

Estamos en 2021 y, aunque las narrativas ya no son tan revictimizantes, aún persisten dos carencias importantes en algunos medios informativos. Por un lado, se reportan los hechos de violencia, pero las mujeres en muchos casos no dejan de ser números. Por otro lado, las mujeres aparecen en la prensa mayoritariamente como víctimas, y muy poco como expertas y voces autorizadas.

En este punto radica la importancia de que los periodistas se formen en temas de género y en la cobertura de la violencia de género. Todavía hay redacciones que creen que esta especialización es sólo para quienes tienen un interés particular en estos temas, pero debe ser una prioridad para todo el equipo. Las niñas y mujeres constituyen la mitad de la población mundial, por lo que difícilmente se podrá abordar un tema sin que se incluya la voz de alguna de ellas. Habrá quienes dirán que tenemos toda una historia detrás nuestra, del mundo contado a través de los hombres, y que las mujeres siguen sin recibir todo el crédito que se merecen. No obstante, hay todo un movimiento pujante para que la presencia y visibilización de las mujeres sea cada vez más amplia.

Hay quienes han reducido los cambios necesarios a la contratación de mujeres en las redacciones, pero la sola presencia no basta. Es importante que se apueste por explicar el sistema que sostiene la desigualdad entre hombres y mujeres, y por incluir voces de mujeres para hablar sobre política, economía, salud, tecnología, cambio climático, entre otras. Se ha demostrado que la mirada de las mujeres, sobre distintos temas, es valiosa para ofrecer un panorama más amplio de los problemas que enfrentamos como sociedad. No consultar sus puntos de vista es excluyente porque valida nuevamente la idea de que la mirada masculina convencional debe prevalecer.

La experiencia en cursos de capacitación demostró que, en muchos casos, los medios tienen interés en abordar estos temas de la mejor manera posible, pero los temas siguen sin ser una prioridad para los editores absorbidos por el flujo de noticias sobre política, corrupción y transparencia. La llegada de la Covid-19 complicó aún más la dinámica. Sin embargo, el interés particular de cada periodista por visibilizar a las mujeres les ha permitido poner en agenda, poco a poco, temas en los cuales las mujeres son protagonistas activas de las historias, en lugar de sujetas pasivas o de complemento.

Estos alcances no representan una misión cumplida en cuanto a un periodismo más incluyente, pero sí nos satisfacen como un resultado cosechado de las primeras siembras. Los y las periodistas están ampliando su mirada al contar historias, y la agenda empieza a avanzar más allá de la nota roja y hechos de violencia.

 

María Luz Nóchez

Ha sido periodista de El Faro desde 2011 y coordinadora de la sección de Opinión desde marzo 2019. Se ha especializado en la cobertura de arte y cultura, minorías (población LGBTI e indígenas) y violencia contra la mujer. Su investigación Un paraíso para violadores de menores recibió en 2017 el Premio Latinoamericano de Periodismo de Investigación, otorgado por el Instituto Prensa y Sociedad y Transparencia Internacional. Formó parte del equipo que ganó el Premio Ortega y Gasset en 2020 por la investigación “Transnacionales de la fe”. Es licenciada en Ciencias de la Comunicación.