Toda mujer que ha participado en política, desde autoridades, regidoras, gobernadoras o dirigentes de organizaciones gubernamentales o de comunidades indígenas, ha tenido que enfrentarse al acoso político. Desde comentarios cuestionando su capacidad como autoridad, hasta la costumbre frecuente de mandarlas a sus casas a cocinar y ocuparse de las labores domésticas.
Según la Ley Modelo Interamericana sobre Violencia Política contra las Mujeres, el acoso es cualquier acción, conducta u omisión, realizada de forma directa o a través de terceros. Esta hostilidad está basada en su género y pueden causar daño y sufrimiento a una o a varias mujeres. Su objetivo es menoscabar o anular el reconocimiento, goce o ejercicio de los derechos políticos de la mujer.
Según una encuesta de acoso político, las formas más recurrentes identificadas por las candidatas en las elecciones regionales y municipales en el 2014; son: hostigamiento (58%), persecución (15%), amenazas (29%), violencia (34%) y presión (43%).
Acoso político desde la campaña
El acoso político inicia desde que una mujer milita en una organización política o pretende postular a un cargo público. Este fue el caso de Diana Gonzales, congresista por Arequipa, recientemente electa, de la bancada de Avanza País. Diana cuenta que en campaña sintió el acoso y el cuestionamiento a su candidatura encabezando la lista, por el hecho de ser mujer y joven. Incluso, dice, el acoso provino de la misma gente que está en el partido y participaba de la campaña.
“La competencia se hace con los propios candidatos del mismo partido, porque solo entra uno de los 6 candidatos”
Diana Gonzales, congresista por Arequipa de la bancada de Avanza País.
Gonzales señala que siempre se le cuestionó el tener el número 1 de la lista. Entre los propios militantes había comentarios relacionados al “qué habrá hecho” o “cuánto habrá pagado”. Ella menciona que no fue ningún tipo de favoritismo, sino una oportunidad lograda en base a las propuestas que tenía en deporte y educación.
En la campaña tenia compañeros de mí misma lista que entraban a mi cuenta a dejar comentarios diciendo “pregúntenle por qué es la 1”. Con mi equipo, en ese momento, los ocultábamos. En una ocasión me declararon la guerra en Facebook desde la cuenta personal del otro candidato diciendo “te vas a arrepentir de haber entrado en política, esto va a ser David contra Goliat” y cosas así
Diana Gonzales, congresista por Arequipa de la bancada de Avanza País.
Diana señala que no lo hizo público, porque sabía que iba a perjudicar la imagen del partido político en general, por lo cual optó por mantenerse indiferente.
La actual congresista cree que este problema es generacional y de educación. Dice que muchas personas adultas han crecido con la idea de que la mujer depende económicamente del hombre o se dedica al cuidado de los hijos: que está sometida al trabajo del hogar. Por lo cual, opina que hay que incentivar la participación de la mujer en política, pero generar condiciones que las haga sentirse seguras, libres y cómodas asumiendo esos roles.
“De hecho, la ley y paridad y alternancia logró que sean 50 y 50% de candidatos. Pero eso no asegura que el Congreso también sea 50 y 50% de integrantes. Pero hay que valorar que se haya dado oportunidad, no solo a mujeres, sino también a gente joven”
Diana Gonzales, congresista por Arequipa de la bancada de Avanza País.
Mujeres ocupando cargos son acosadas constantemente
El acoso persiste mientras la mujer ocupe un cargo público y de poder, como fue el caso de la abogada Mirtha Vásquez, en el Congreso que acaba de culminar sus funciones, donde ejercía el cargo de presidenta.
“Yo he sido víctima de acoso político, yo creo que parte de la resistencia de verme ahí en el parlamento era el tema de ser mujer y tomar decisiones “
Mirtha Vásquez, ex Presidenta del Congreso
En diversos foros y medios, ella había denunciado amenazas y las audiencias transmitidas desde el Hemiciclo dan testimonio de una gran cantidad de agresiones calificándola, por ejemplo, y sin ningún fundamento, “como la peor presidenta del Congreso de toda la historia”.
Menciona que tenía una sensación de sobrecuestionamiento a su rol como presidenta del Congreso, por el hecho de ser mujer. Además, cree que aún existe la idea de que las mujeres son manipulables, por lo cual muchas veces se intenta cambiar sus decisiones. Por este motivo, cree que las mujeres deben desarrollar liderazgos sólidos, basados en el respeto de principios.
“Todavía existen estos sesgos machistas y probablemente toda mujer que esté en un cargo importante lo va a sentir. Creo que, efectivamente, subsiste esa idea de que las mujeres somos manipulables y ahí uno se va a enfrentar a muchas maneras de manipulación; lo he sentido yo”
Mirtha Vásquez, congresista elegida por el Frente Amplio en enero de 2020.
La excongresista señala por esto que, una de las acciones que puede rescatar del parlamento que acaba de terminar funciones, es la aprobación de la Ley que previene y sanciona el Acoso Político contra las mujeres. Añadió que, a raíz de esta norma, ella como presidenta conformó el Comité contra el Hostigamiento Sexual en el Congreso; pues considera que esto foro es parte del acoso y un comité como éste es importante en todas las instituciones, aun sin haberse reglamentado la norma.
Aunque la reglamentación aún está en manos del Ejecutivo, y podría realizarla el Ministerio de la Mujer o la Presidencia del Consejo de Ministros, asegura que eso no impide que las instituciones puedan tomar medidas internas para prevenir y sancionar el acoso.
“Para que funcione una ley como ésta, tan delicada, del acoso político, para asegurar su cumplimiento, dos cosas son fundamentales: la reglamentación y una política expresa para que se implemente en las organizaciones públicas”
Mirtha Vásquez, expresidenta del Congreso
Ruta de Atención: denunciar el acoso político en tiempos de campaña
Por casos como el de Diana Gonzales, el Jurado Nacional de Elecciones, a través de su plataforma Observa Igualdad, tiene una ruta de atención para brindar atención a los actos de acoso político en campaña. Si una candidata es víctima de hostigamiento, amenazas, persecución u otros, puede denunciarlo. Posteriormente los Jurados Electorales Especiales pueden pronunciarse y remitir al Ministerio Público o a un Tribunal de Honor o calificarla, y emitir una resolución del caso
Sin embargo, Parwa Oblitas, Coordinadora del Programa para la Igualdad Política, señala que muchas veces la ruta no es utilizada. No porque no existan actos que denunciar o porque no quieran, sino que muchas de las candidatas no se dan abasto en sus tiempos para hacer el trámite, entre sus actividades de campaña y demás labores cotidianas, para hacer la denuncia
“Teníamos una candidata que quería registrar su caso, pero me dijo que aún estaba en campaña, que cuando pase iba a registrarlo”
Parwa Oblitas, Coordinadora del Programa para la Igualdad Política
Oblitas dice que, así como el fenómeno de la violencia de género no es que antes no haya existido acoso político; ni que esté en aumento ahora. Sino que el hecho que hacer visible un tema, hace que exista y se pueda hablar de acoso.
“Las mujeres hemos sido acosadas, discriminadas y hemos recibido un trato desigual desde que hacemos política. El no reconocimiento, el que tengamos tanto atraso en la vida republicana del país lo demuestra. Una de las barreras es el acoso político, una forma de violencia basada en el estereotipo de género. El hecho de limitar la participación y decir que la política no le pertenece a las mujeres o no está hecha para las mujeres, espanta a las mujeres de hacer política, y aquellas que se atreven van a recibir ataques.”
Parwa Oblitas, Coordinadora del Programa para la Igualdad Política
Un largo camino: ¿qué había antes de la ley contra el acoso político a las mujeres?
La ley de prevención y sanción al acoso político se aprobó en el parlamento que acaba de salir, fue una iniciativa y trabajo articulado de la sociedad civil. Organizaciones como Flora Tristán, Manuela Ramos, entre otras, fueron parte de la campaña “Somos la mitad, queremos paridad sin acoso”. Este activismo buscaba impulsar normas como la de la paridad y contra el acoso desde la legislatura 2011 – 2016.
A lo largo de este tiempo, se presentaron un total de 9 proyectos de ley desde distintas organizaciones políticas. Sin embargo, ninguna llegaba a debatirse en el pleno; solo una llegó hasta un cuarto intermedio antes de que se cerrara el congreso 2016 – 2019. Así es como, recién el 8 de marzo del 2021, en el denominado Pleno Mujer, se aprobó la Ley del Acoso Político.
La ley se aprobó con 96 votos a favor, 1 en contra y 9 abstenciones. Están comprendidas en la disposición, las mujeres candidatas a cargos políticos de representación, autoridades elegidas, funcionarias, autoridades de comunidades campesinas, comunales, indígenas, originarias, afrodescendientes y militantes de organizaciones políticas elegidas a través del voto popular y las que ocupan cargo por designación.
A su vez, el Jurado Nacional de Elecciones (JNE), en varios procesos electorales, había establecido una ruta de atención a las candidatas víctimas. Ya que tiene un anteproyecto de ley de Código Electoral que señala la figura del acoso político, incluso participó poniendo y determinando algunas sanciones que podían recibir militantes o simpatizantes en caso incurrieran en esta práctica. También realizaban actividades de prevención del acoso político como el pacto ético electoral que firman los partidos políticos. Además, participó el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, a través de la mesa de trabajo y participación política de las mujeres.
Según el JNE, en el contexto de la campaña de las Elecciones Congresales Extraordinarias 2020, el 52% de las candidaturas mujeres han expresado haber tenido que enfrentar alguna situación de acoso político. El otro 30% de las candidatas manifestó haber enfrentado agresiones, amenazas y actos de hostigamiento.
Muchos casos, pocas denuncias
Parwa Oblitas señala que, pese a que son más los casos que no se denuncian, hay un incremento en el registro de casos de acoso en las elecciones congresales extraordinarias llevadas a cabo en el 2020. Fueron registrados 19 casos denunciados por las candidatas. Incluso, 9 de ellas los hicieron públicos y lo denunciaron desde sus redes. Los casos son diversos pero hay un común denominador que es el hecho que se da mayoritariamente a través de las redes sociales. A pesar de que no se puede identificar claramente al acosador, hay algunas candidatas que sospechan que son de sus mismas listas y mismos partidos
“Hay otros casos en los que otros partidos políticos ponen sus propagandas encima de las candidatas y otros en lo que perfiles anónimos o con el logo de un partido las agreden. Incluso los medios de comunicación”
Parwa Oblitas, Coordinadora del Programa para la Igualdad Política
Desde la plataforma de Observa Igualdad, cuando tienen condensado el registro de caso, orientan a las candidatas para que denuncien las agresiones y se pueda abrir un caso en el Ministerio Público, o pase al Tribunal de Honor en caso sea de otro partido político.
“El centro de por qué se exige una ley contra el acoso político a las mujeres es que (es hostigamiento) está basado en los estereotipos de género, desde el aspecto físico o los roles de cuidado o de trabajo doméstico que realizan las mujeres, a la falta de capacidad. Lo que buscan es crear un miedo en las mujeres y que se sientan hostilizadas y que ya no sigan.”
Parwa Oblitas, Coordinadora del Programa para la Igualdad Política
Acoso político como producto de una sociedad machista
Adriana Urrutia, politóloga y presidenta en la Asociación Civil Transparencia, explica que, en nuestro país, lamentablemente, las mujeres no son vistas como posibles representantes.
“Queremos que el parlamento sea más representativo, por eso tenemos que lograr que la mitad del parlamento sean mujeres. A raíz de la reforma política para la promoción de la paridad y alternancia, esta debería promover una mayor igualdad en la representación. Pero el acoso político sigue siendo un impedimento por la sociedad machista.”
Adriana Urrutia, politóloga y presidenta en la Asociación Civil Transparencia
Urrutia señala que es el tribunal de honor del pacto ético electoral el que debe tomar en consideración actitudes de acoso, y así eventualmente sancionarlas. Además, dice que, en campaña, el acoso político es más usual, debido a que en nuestro país se acostumbra hacer campaña atacando al oponente. Y el ataque no tiene que ver con las diferencias ideológicas, sino con las características del oponente, lo que convierte la política en una confrontación personal y no una confrontación de ideas. Aun más cuando los ataques están vinculados a roles tradicionales de género.
Urrutia cuenta que las candidatas le han comentado como son víctimas de estas prácticas. Dice que primero reciben una etiqueta y se las deja de llamar por sus nombres. Después, se empiezan a divulgar rumores sobre ellas que no son necesariamente verdaderos. Y así, se busca desprestigiar su trayectoria e invalidar su participación en la política, tanto en redes sociales como Facebook, grupos de Whatsapp y de manera presencial.
Añade que, como consecuencia, las candidatas inician su vida política en desventaja, muy diferente al de varios hombres. Y lo hacen sabiendo que serán atacadas por estar en un campo que ha sido por años esencialmente masculino: la política. “Por lo cual, la gestión de su campaña incluirá la necesidad de defenderse permanentemente, para legitimar por qué tienen que hacer política siendo mujeres, madres, indígenas o afro descendientes.” concluye Urrutia.
Casos de Acoso Político en Redes Sociales
El caso de Mirtha Vázquez y Diana Gonzales son solo algunos de los más conocidos. Tanto en el gabinete de ministros del gobierno que se fue en noviembre por vacancia, como en las elecciones para el actual Parlamento, hubo casos similares. Por ejemplo, el de María Antonieta Alva, ministra de Economía y Finanzas durante el mandato de Martín Vizcarra. El periodista Hugo Guerra, por ejemplo, fue uno de los que comentó en redes contra la ex titular del MEF: “la mocosita que tenemos de Ministra de Economía. No me importa si las feminazis hablan”
En esa ocasión, incluso el Ministerio de a Mujer y Poblaciones Vulnerables rechazó las declaraciones basadas en estereotipos de género y edad.
Durante y después de la campaña de las elecciones generales 2021, también fueron acosadas muchas de las candidatas, incluso luego de que ya habían sido electas. Sigrid Bazán fue una de ellas. A través de las redes sociales, Percy Luzio Ruiz, asesor externo del Miss Perú y tripulante de cabina de Latam, comentó el estado de Facebook de la Miss Perú Universo 2007, Jimena Elías sobre Sigrid, instando a que le arrojen ácido en la cara.
Por ese motivo, el MIMP denunció ante la Fiscalía a un empleado de la aerolínea chilena LATAM, por haber perpetrado el delito de apología a la violencia en agravio de la congresista electa Sigrid Bazán al instigar que le arrojen ácido al rostro.
Candidaturas LGTBI: acoso político a mujeres diversas
Desde el 2006, las candidaturas LGTBI han ido incrementando: de 45 candidaturas hasta la fecha, 8 han llegado al cargo de autoridades. De ellas, 22 lo hicieron a nivel subnacional, como el caso de quien fue la primera regidora transexual Luisa Revilla; y 23 a nivel congresal. En las últimas elecciones, hubo 5 candidaturas visibles y, de ellas, dos salieron electas, incluida una mujer lesbiana.
Sin embargo, por ser parte de esta comunidad y tener candidaturas visibles, constantemente son víctimas de acoso político. Fue el caso de Gahela Cari, mujer transexual, quien presentó su denuncia al JNE por acoso político transfóbico. La denuncia se originó en el comentario del candidato Frank Krklec, de Renovación Popular, quien insistió en desconocer su identidad de género en un programa de televisión en vivo.
“El señor Frank Krklec no solo demuestra su transfobia al exhibir mi nombre legal, a pesar de tener conocimiento que me identifico como GAHELA, sino que irrumpe con el pacto ético del JNE. ¿Habrá alguna sanción para este señor, candidato al Congreso?”
Gahela Cari, excandidata al Congreso por Juntos por el Perú
Y habrá aún muchas otras historias de intimidación a las políticas nacientes, por cuestiones de género.
Este reportaje tiene el apoyo de la International Women’s Media Foundation’s y el fondo Howard G. Buffett para mujeres periodistas.