A pesar de ser prevenible por vacunación en la mayoría de los casos, el cáncer de cuello uterino todavía es uno de los principales tipos de cáncer entre las mujeres de Venezuela. Este reportaje fue realizado con el apoyo de la International Women’s Media Foundation (Iwmf) como parte de su Iniciativa global de reportajes sobre la salud: vacunas e inmunización en América Latina y el Caribe, en alianza con el Sabin Vaccine Institute
“Te vamos a preparar para una histerectomía total”. Esas fueron las primeras palabras que escuchó Yaciri Salazar al acudir a su consulta ginecológica la última semana de agosto de 2023.
Para ella, recepcionista y habitante de La Vega, en Caracas, el diagnóstico de cáncer de cuello uterino llegó cinco meses antes, en marzo, a sus 40 años. Tras detectar la progresión de la enfermedad, le indicaron seis sesiones de quimioterapia y 28 sesiones de radioterapia.
El 5 de junio empezó a recibir tratamiento. Las quimioterapias las pudo conseguir en su hospital, el Instituto de Oncología Dr. Luis Razetti (Iolr), el centro oncológico más importante del país, ubicado en Caracas. A pesar de ser el principal hospital para tratar a las personas con cáncer, no pueden ofrecer radioterapia porque sus equipos están dañados.
Sin recursos suficientes y con ayuda de la institución en la que trabaja, Yaciri logró someterse a las 28 sesiones de radioterapia en un centro de salud privado. “Un tratamiento durísimo que no se lo deseo a nadie”, afirma. Sus empleadores además la ayudaron a costear exámenes de diagnóstico y seguimiento.
Cinco meses después de su diagnóstico, sus estudios arrojaron buenos resultados: la lesión que tenía en el cuello uterino ya no era visible, según el informe médico. Pero para ella, los tratamientos deben continuar: también tiene un mioma (un tumor benigno) en crecimiento.
Debido a su condición, ahora debe pasar por el quirófano para que le practiquen una histerectomía total: la extirpación del útero y el cuello uterino.
Para su intervención, debe asumir por su cuenta todo el proceso preoperatorio: realizarse exámenes en el sector privado, buscar seis donantes de sangre, comprar suturas, gasas, una sonda, adhesivos, goteros, soluciones, envases, desinfectante e incluso el formol para fijar el útero después de su extracción.
En Venezuela, un país que atraviesa una emergencia humanitaria compleja, las fallas persisten en los hospitales del Sistema Público Nacional de Salud. Además de las pocas opciones de tratamiento, el desabastecimiento en los quirófanos supera el 70%, según la Encuesta Nacional de Hospitales (ENH), una iniciativa de la organización no gubernamental Médicos por la Salud.
Esto quiere decir que si alguien debe operarse, lo más probable es que tenga que gastar de su bolsillo para conseguir los insumos que requiere para la intervención, en un país con un sueldo mínimo que equivale a menos de 5 dólares. Y no todas las pacientes y sus familias reciben apoyo de instituciones u organizaciones.
Ruth Cabrices viajó a Caracas desde Nueva Esparta, al oriente del país, para asistir a su hermana de 48 años, paciente del Hospital Oncológico Padre Machado (Servicio Oncológico Hospitalario del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales), el otro centro para personas con cáncer en la capital.
La hermana de Ruth debe completar 33 radioterapias y seis quimioterapias. En el Padre Machado recibe quimioterapia y medicamentos, pero allí no puede hacerse la radioterapia porque los equipos tampoco funcionan.
“Su esposo trabaja en el extranjero y gracias a eso puede costear la radioterapia: unos 3.300 dólares en total, 100 dólares por cada radio”, destaca.
A su lado está Jocelyn Gutiérrez, quien también acompaña a su hija de 27 años, que debe recibir ocho quimioterapias y 29 radioterapias. Para pagar las radioterapias ha tenido que hacer rifas “de todo” con apoyo de familiares.
La única opción para recibir radioterapia en el sector público es el Hospital Dr. Domingo Luciani (El Llanito), al este de Caracas, pero las listas de espera son tan largas que las pacientes pueden alcanzar una etapa en la cual este tratamiento ya no les trae beneficios.
“Aquí el cáncer no mata, mata la espera para conseguir los recursos y todo lo que necesita el paciente”, añade la madre de una joven con cáncer, mientras Jocelyn cuenta sus vivencias en el servicio de Oncología del Padre Machado.
Parte del tratamiento contra el cáncer de cuello uterino además consiste en aplicar braquiterapia, una radioterapia interna para emitir radiación en el lugar afectado por el cáncer. Sin embargo, en ninguno de los oncológicos de Caracas es posible hacer braquiterapia, según se constató para este trabajo.
En la actualidad, no hay braquiterapia en el sector público en Venezuela y el tratamiento en privado puede costar más de 4.000 dólares.
Aunque el único hospital que tenía braquiterapia era el Hospital Militar Dr. Carlos Arvelo de Caracas, las pacientes que la necesitan no la consiguen y dependen de una sola clínica de la ciudad (el Urológico de San Román).
Cáncer de cuello uterino y Venezuela
El cáncer de cuello uterino (también llamado cáncer cervical o cáncer cervicouterino) es una enfermedad que se forma por el crecimiento anormal de las células en el cuello uterino, la parte más baja y estrecha del útero, que lo conecta con la vagina.
La gran mayoría de los cánceres de cuello uterino son causados por el virus del papiloma humano (VPH), que se transmite a través de relaciones sexuales vaginales, anales y orales. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los VPH representan la infección vírica más frecuente del aparato reproductor. Existen más de 200 genotipos.
La organización estima que la mayoría de las personas sexualmente activas contraerán infección por VPH en algún momento de su vida. El hombre tiene un rol en la transmisión: es portador del virus y generalmente no tiene síntomas.
No todos los VPH causan cáncer, pero existen algunos de alto riesgo asociados con lesiones que pueden evolucionar hacia un cáncer de cuello uterino si no son tratadas a tiempo.
“Generalmente es un cáncer de las mujeres por encima de los 40 años. La historia natural del cáncer de cuello uterino es que tienes una infección por VPH que no se resuelve. El 80% de las infecciones por VPH se resuelven espontáneamente, como una gripe. Esas que no se resuelven pueden generar lesiones preinvasoras, y de esas, el 10% pudiera progresar a cáncer de cuello uterino”, explica la ginecóloga Paula Cortiñas de Sánchez, experta en prevención del cáncer.
El otro 10% corresponde a lesiones que son detectadas a tiempo y resueltas con tratamiento médico.
A escala global, según la OMS, anualmente se registran más de 604.000 nuevos casos y 342.000 muertes por cáncer de cuello uterino.
Cerca del 90% de los casos y defunciones de 2020 ocurrieron en países de ingresos bajos y medianos. Especialistas consideran que tener elevados números de cáncer de cuello uterino en la actualidad es un indicador de subdesarrollo, ya que es un tipo de cáncer que se puede prevenir gracias a la vacunación.
“Tener una paciente con cáncer de cuello uterino implica diagnóstico médico oncológico, estudios de anatomía patológica, inmunohistoquímica, radioterapia y quimioterapia y una sobrecarga superimportante para el sistema público de salud”, resalta Yrama Baloa, ginecóloga experta en patologías del tracto genital inferior y VPH.
A pesar de estar autorizada en el país desde 2016, siete años después la vacuna contra VPH todavía no se ha incluido en el Programa Ampliado de Inmunizaciones (PAI) de Venezuela, el sistema que permite la vacunación pública de rutina.
Aunque hay negociaciones en curso para su introducción en el esquema nacional de vacunación, hasta la fecha solo es posible conseguir vacunas en el sector privado, con precios que oscilan entre los 60 y los 350 dólares por dosis.
Yrama Baloa es la actual gerente de las Unidades de Clínicas Móviles de la Sociedad Anticancerosa de Venezuela (SAV), un programa de pesquisa de cáncer en comunidades, activo desde el 2006. Para la especialista, las estadísticas de la iniciativa son preocupantes, pues cada vez detectan más lesiones premalignas y diagnostican cáncer en edades más tempranas (entre 25 y 35 años).
“El año pasado (2022) pudimos atender 5.927 pacientes en las Unidades de Clínicas Móviles. De ellas, el 47.63% tenía lesiones premalignas de cuello uterino asociadas a VPH. Esa es una cifra alarmante porque el promedio que se estima a nivel mundial es que sea hasta 20%”, expresa.
En la experiencia de Cortiñas, quien también trabaja en el Hospital Universitario de Caracas (HUC, Clínico), el cáncer de cuello uterino encontrado en las mujeres más jóvenes usualmente es el que no está asociado a VPH y se desarrolla de manera más agresiva.
Sin embargo, manifiesta que es posible encontrar cáncer de cuello uterino en aquellas mujeres jóvenes que inician su vida sexual a edad más temprana.
En general, en el HUC es común ver mujeres de distintas regiones del país, ya que hay poca capacidad en las escasas unidades de Patología Cervical activas en el territorio nacional.
“Lamentablemente están llegando ya con cáncer de cuello uterino. No son tratadas en la lesión preinvasora o premaligna, sino que ya llegan con la lesión maligna. En el hospital tenemos siempre una o dos mujeres hospitalizadas por cáncer de cuello uterino avanzado”, asegura Cortiñas.
El diagnóstico: las cifras de Venezuela
En Venezuela no hay cifras públicas actualizadas sobre incidencia y mortalidad por cáncer. Sin embargo, el Ministerio del Poder Popular para la Salud (Mpps) mantiene su seguimiento. Los cálculos internos más recientes del Mpps, a los que se tuvo acceso para este trabajo, reflejaron 5.324 casos de cáncer de cuello uterino en 2019.
De acuerdo con los datos del Programa de Oncología del Mpps, el cáncer de cuello uterino es el tercer tipo de cáncer con mayor incidencia en Venezuela, solo por detrás del cáncer de mama y el cáncer de próstata, que ocupan el primer y el segundo lugar, respectivamente.
A nivel global, según la OMS, el cáncer de cuello uterino es el cuarto tipo de cáncer más común entre las mujeres, pero en Venezuela todavía es el segundo tipo más frecuente en mujeres.
Las mujeres entre los 35 y los 44 años de edad representan el grupo con más diagnósticos (1.517 casos), seguido por la franja de 45 a 54 años (1.403 casos). El tercer grupo con mayor incidencia es el de las mujeres entre los 55 y los 64 años (903 casos).
El cáncer de cuello uterino también es el segundo tipo de patología oncológica con mayor mortalidad entre las mujeres de Venezuela, solo superado por el cáncer de mama. Las últimas cifras del Mpps datan de 2016 y registran 1.842 muertes de mujeres por cáncer de cuello uterino.
Aunque la enfermedad se diagnostica más entre los 35 y los 44 años, quienes más mueren son las mujeres entre los 45 y los 54 años (442 muertes). El segundo grupo con más fallecimientos son las mujeres de 55 a 64 años (404).
En este último planteamiento coincide la Sociedad Anticancerosa de Venezuela, que periódicamente realiza su estudio “Pronósticos de la Incidencia y Mortalidad de Cáncer en Venezuela”. La edición de 2021 estimó 5.293 casos, en su mayoría en mujeres entre 35 y 44 años, y 1.945 muertes por cáncer cervicouterino, principalmente en mujeres de 45 a 54 años.
De acuerdo con la organización, este tipo de cáncer es una de las causas de muerte prematura de las mujeres venezolanas, que pierden 24 años de vida por la enfermedad.
La SAV estima que cada día mueren cinco mujeres por cáncer cervicouterino en Venezuela.
“No es un problema solo de la mujer. Es un problema de la familia y de la sociedad. Una mujer se enferma y se paraliza un hogar. Quedan hijos sin respaldo materno, queda un padre solo, queda un trabajo o un puesto vacío y queda una sociedad deteriorada por la falta de la mujer”, señala Baloa.
VPH y cáncer: qué tipos circulan en Venezuela
En 2012, un grupo de especialistas publicó el primer estudio con alcance nacional sobre la distribución de VPH en mujeres con cáncer cervical invasivo y lesiones intraepiteliales cervicales. Analizaron 329 muestras de mujeres entre los 18 y los 89 años, pacientes de 29 centros de salud de todos los estados del país, mediante pruebas de reacción en cadena de la polimerasa (PCR, por sus siglas en inglés).
Los tipos de VPH más comunes que encontraron entre las pacientes fueron 16 y 18. También identificaron los tipos 31, 33, 51 y 52.
“Nos encontramos lo mismo que todo el mundo, que el tipo 16 era responsable de más o menos el 60% de todos los casos de cáncer de cuello uterino en Venezuela y el VPH 18 de más del 10%”, recuerda Paula Cortiñas, quien también es una de las autoras del estudio.
Cortiñas explica que los tipos 16 y 18 del virus del papiloma humano están clasificados como de muy alto riesgo. Según la OMS, estos dos tipos son responsables de casi el 70% de los cánceres cervicouterinos.
La mejor manera de prevenir el cáncer de cuello uterino es vacunarse, preferiblemente antes de iniciar actividad sexual. La vacuna también puede prevenir el cáncer orofaríngeo, cáncer de vulva, cáncer de ano y cáncer de pene asociados al VPH.
La edad ideal para la vacunación contra el VPH es entre los 9 y los 14 años. Hombres y mujeres también se pueden vacunar.
Existen tres presentaciones de vacunas aprobadas a nivel mundial: la bivalente, que protege contra dos tipos de VPH (16 y 18); la tetravalente, que protege contra el 16 y el 18 y contra dos tipos que causan verrugas genitales (6 y 11), y la nonavalente, que protege contra los tipos 6, 11, 16, 18, 31, 33, 45, 52 y 58.
“Las vacunas que tienen 16 y 18 van a disminuir el cáncer de cuello uterino en un 70%. Eso varía de país a país, pero en general es entre 50% y 70% la frecuencia de estos tipos de muy alto riesgo”, añade Cortiñas.
La investigación de 2012 concluyó que la distribución del VPH en el país justificaba la utilización de pruebas de detección de ADN y la implementación de la vacunación contra VPH como medida profiláctica en Venezuela, pero su aplicación pública aún es una deuda en el país.
Un estudio previo, divulgado en 2011, igualmente demostró que los tipos de VPH de alto riesgo más comunes en el país eran 16 y 18, seguidos por los tipos 52, 33, 45 y 31, y recomendó la vacunación.
Para 2023, la Sociedad Anticancerosa de Venezuela realiza una investigación con el apoyo del Instituto de Oncología y Hematología para la genotipificación del VPH, con una muestra de más de 500 mujeres. Aunque la investigación sigue en ejecución, ya se han obtenido algunos resultados preliminares.
“Los genotipos que más circulan son 16 y 18, pero hay otros de alto riesgo que están circulando, como el 33, el 35, el 45 y el 58”, dice Yrama Baloa, quien participa en el estudio.
“No solamente diagnosticamos un genotipo en una paciente: hemos encontrado hasta cinco o seis genotipos de alto riesgo en una sola paciente, sin lesiones presentes en cuello uterino pero con una citología patológica. Es una paciente que tiene cinco veces más riesgo de padecer un cáncer que una paciente que tenga un genotipo”, agrega.
Organizaciones no gubernamentales han alertado sobre el impacto diferenciado de la emergencia humanitaria compleja sobre las mujeres de Venezuela, al igual que la ausencia de políticas públicas con perspectiva de género. Según Baloa, se necesitan campañas para la prevención del cáncer de cuello uterino.
“Hay campañas mundiales por la lucha contra el cáncer de mama. No hay un año donde no haya una movilización masiva a favor de la lucha contra el cáncer de mama, pero no pasa lo mismo con el cuello uterino”, enfatiza Baloa. “Tenemos que hacer el trabajo, hacer sensibilización y formar al personal de salud, a las comunidades y las pacientes”.