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Parteras Fronterizas’: ayudan a las mujeres haitianas de Tijuana a dar a luz
Fotografía por Meghan Dhaliwal/VICE News.
François Andrelie descubrió que estaba embarazada cuatro meses después de llegar a Tijuana. “Ese día -recuerda- me sentí feliz, pero también un poco triste porque estoy viviendo una vida que no me gusta. Cuando era joven pensaba que podía dar todo a mi hijo, ahora ya no lo sé”. Ella es una chica haitiana de 34 años, de sonrisa tímida pero grande, y esconde debajo de un gorrito negro con corazones blancos sus cortas trenzas.
Es originaria de Puerto Príncipe y no puede olvidar ese día del 2010, en el que su isla fue destruida por un violento terremoto: “Desde que estoy embarazada, cada vez que me acuesto, siento la tierra temblar”.
Françoise dejó su país en el 2011 y se fue a República Dominicana para estudiar; ahí conoció a su pareja, Mezac, y luego viajaron a Brasil por trabajo, pero la recesión les alcanzó y decidieron salir de nuevo.
“Salí de Sao Paolo el 8 de septiembre de 2016 y llegué aquí a Tijuana el 5 de diciembre. El viaje era muy peligroso -recuerda Andrelie-. Hemos pasado la selva, subido las montañas, había muchos animales. Ha sido muy difícil”.
Instalados ya en Tijuana y con un bebé por llegar, conocieron a Ximena Rojas y Bianca Tema Mercado, Las Parteras Fronterizas.
Ximena es oriunda de Veracruz, pero desde el 2014 vive en Tijuana: “La frontera me fascina, muchas cosas malas suceden pero también hay una fuerte energía positiva”. Bianca en cambio reside en Chula Vista, en el condado de San Diego, pero no esconde el orgullo por sus orígenes México-americanos: “Soy la primera de mi familia en haber nacido allá (en EE.UU.): mi padre es sinaloense y mi mamá cachanilla (de Mexicali)”.
Ellas dos viven cerca de la frontera y la cruzan a diario, las dos son parteras y desde el verano del 2016 atienden, sin pedir nada a cambio, a las mujeres haitianas embarazadas que se quedaron atrapadas en Tijuana con el sueño de entrar a Estados Unidos.
Hoy François Andrelie, es una de los cerca de 19.000 inmigrantes haitianos que, entre mayo y diciembre 2016, han pasado por México con el sueño de llegar a los Estados Unidos. La gran mayoría lo lograron, pero unos 4.000 -según datos del Instituto Nacional de Migración local-han tenido que hacerse a la idea de quedarse en Baja California. Tijuana, en particular, es su nueva casa ya que si ahora intentaran cruzar la frontera de forma ilegal muy probablemente serían detenidos y deportados a Haití.
Al llegar a Tijuana la pareja se tuvo que separar. Mezac encontró refugio en Juventud 2000, en la zona norte. Fue ahí donde conoció a Ximena, justo en el momento en el que ella había comenzado a ofrecer voluntariamente su ayuda a las mujeres embarazadas alojadas en los centros de acogida.
A mediados de julio 2017, Françoise acababa de hacerse su primera ecografía en una clínica que ofrece pruebas y análisis a precios populares en la Avenida Constitución, en el centro de la ciudad, llamada Salud Digna. Con ella estaban otras cuatro mujeres haitianas y todas iban acompañadas por Ximena y Bianca que habían pagado por sus exámenes.
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“Para nosotras, todo comenzó en agosto septiembre 2016. Un día estaba cruzando y había un tráfico inusual. Una amiga me dijo que era para los muchos haitianos que trataban de entrar. Inmediatamente pensé que entre las miles de personas que habían viajado por meses hasta llegar aquí, tenía que haber niños y mujeres embarazadas” recuerda Tema, de 34 años.
Al día siguiente ella tomó su mochila, su prenatal bag y se dirigió al primer refugio que encontró. Luego descubrió que su compañera Ximena estaba haciendo lo mismo. “Así que nos sentamos, lo hablamos y decidimos juntarnos y llamarnos ‘Parteras Fronterizas’. Ella vive en Tijuana, yo en Estados Unidos, pero ambas cruzamos y esta gente es lo que está haciendo, está cruzando fronteras y nosotras nos adaptamos a lo mismo”.
Tema indica que su vocación por la partería comenzó muy temprano, cuando a los 16 años de edad se convirtió en madre por primera vez. Una experiencia que, en mucho tiempo, y después de tres otros hijos, le sigue doliendo. “Mi parto fue violento y hospitalizado, hasta ese momento me creía una chica fuerte que lo podía todo, pero me hicieron sentir incapaz y yo así empecé mi maternidad: sintiéndome una persona incapaz” indica Tema.
Para Ximena Rojas las cosas fueron parecidas: “He vivido en mi propia piel la violencia obstétrica. En los hospitales públicos de México las mujeres no pueden ser acompañadas por nadie en el parto. En mi caso ni siquiera permitieron a mi madre entrar y yo tenía entonces sólo 16 años”.
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Ximena tiene el pelo castaño largo y una voz suave que inspira tranquilidad. Todo en su vida está ligado a la partería y sus días parecen no tener fin. Además de los clientes privados que sigue, tiene un curso en línea por el que cobra sólo 20 dólares, lucha por el reconocimiento de su profesión en México y casi todos los días va a visitar a las mujeres haitianas, que sin ella probablemente no recibirían ningún tipo de atención personalizada en los hospitales públicos.
“Cuando Bianca y yo empezamos a seguirlas, inmediatamente aprendimos cosas nuevas: por ejemplo, ellas quieren acudir a las visitas en grupo, no a solas, porque prefieren compartir y siempre hay alguna que habla mejor español y que nos ayuda a traducir”, explica Ximena.
En el grupo de François, quien actúa como intérprete es Pascale -quien prefiere que omitamos su verdadero nombre-. Es una mujer activa, a menudo lleva pelucas de colores y es la persona de referencia de todas las demás chicas. Pero está pasando una situación complicada. La casa en la que vive no es más que una cabaña sin piso junto a uno de los refugios de la ciudad y a menudo sufre la violencia de su marido, quien destruyó todos los registros médicos del niño que esperan y está a punto de nacer.
Gini, de 41 años, tampoco lo tiene fácil. Ella perdió su bebé a las pocas semanas de embarazo. Es una mujer alta y de cara triste. Su marido Christophe es también muy alto, tímido y amable; y ambos viven en una pequeña habitación violeta con una cómoda blanca y roja muy cuidada, pero donde hace mucho calor.
Gini y Christophe -ambos nombres han sido cambiados-, llegaron en Tijuana en enero 2017 y tienen otros dos niños en Haití. Cuando llamaron por teléfono a sus hijos no les dijeron lo que había sucedido. “No queremos hacerlos sentir tristes”, explica Christophe.
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“Hemos visto muchas muertes fetales por desgracia -explica Bianca- en bebés ya formados, no en las primeras semanas de embarazo, cuando es común que suceda. Es algo que con un control prenatal adecuado se podría haber evitado”.
El delegado del Instituto Nacional de Migración (INM) en el estado de Baja California, Rodulfo Figueroa Pacheco explica: “Haber nacido en el país los convierte en mexicanos, los menores pueden gozar de todas las garantías y derechos que otorga la Constitución, como el derecho a la salud, la educación, el trabajo, y sus padres pueden regularizarse como residentes permanentes por vínculo familiar”.
A pesar de las deficiencias del sistema público de México entre la primavera del 2017 y finales de julio de 2017 ya habían nacido en México 25 niños de padres haitianos, también según datos de Figueroa.
En octubre, Pascale tuvo su hijo. Françoise y Mezac, después de haber vivido por meses en un departamento que compartían con otra pareja, encontraron una casa pequeña para ellos y esperan a su bebé que llegará en enero. Gini y Christophe siguen su vida juntos, esperando que un día su estatus les permita traer a sus hijos de Haití.
Aunque el flujo de migrantes ha disminuido considerablemente, Bianca y Ximena continúan dedicándose a las haitianas. Hasta ahora han realizado más de cien visitas y ofrecido su ayuda a unas cincuenta embarazadas.
Hace unos meses han activado un crowdfunding, con el objetivo es conseguir 7.000 dólares para arreglar un edificio que les fue donado y crear la primera casa de Parto de Tijuana. Lo llamarán Maternidad de la Frontera, y estará abierto a todas las mujeres, migrantes y mexicanas que decidan dar a luz con respeto y dignidad.
***International Women’s Media Foundation ha apoyado Claudia Bellante y Meghan Dhaliwal en la realización de este reportaje en Tijuana como parte del programa Adelante. Sigue a VICE News En Español en Twitter: @VICENewsEs