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PATRULLAR CON EL ASESINO
En los últimos 8 años, 98 mujeres policías han sido víctimas de feminicidio u homicidio doloso violento.
La violencia machista ejercida desde las corporaciones también limita su desarrollo profesional y las expone ante abusos, acoso y hostigamiento laboral.
Ser mujer policía en México es motivo de orgullo, empoderamiento y reconocimiento social y familiar para muchas mujeres que deciden optar por ese trabajo, ocupado de manera histórica por hombres. Pero ser mujer policía también significa trabajar en un ambiente hostil con marcadas desigualdades de género, enfrentar en silencio el acoso laboral y sexual, tener mínimas posibilidades de subir de rango y, en los casos más terribles, ser asesinada por un compañero policía hombre.
Así son las historias de cuatro mujeres policía, Jacquelin, Mayra, Dignora y Alina, que tienen en común sus anhelos, esfuerzos y aspiraciones, y una enorme barrera con la que se toparon en el camino: la violencia machista ejercida al interior de las corporaciones.
Jacqueline y Mayra fueron asesinadas por otros hombres policías. Dignora ha sido acosada y hostigada, sexual y laboralmente por sus propios compañeros, hoy está en riesgo y teme por su vida. Alina se defendió de la violencia de su novio policía y lo asesinó en defensa propia: tres años después fue sentenciada a 45 años de cárcel.
En México, al menos 98 mujeres policía han sido víctimas de feminicidio u homicidio doloso violento, entre 2015 y 2022, de acuerdo con 196 solicitudes de información realizadas a 32 fiscalías locales de cada entidad.
Según los registros obtenidos de casi una década, este tipo de delito contra mujeres policía se ha incrementado a partir de 2019: el 66% sucedió entre enero de 2019 y octubre de 2022.
Guanajuato (16), Chihuahua (14) y Jalisco (13) encabezan los estados donde más mujeres policías han sido asesinadas por un policía hombre.
Matar a una mujer policía
En México, al menos 98 mujeres policía han sido víctimas de feminicidio u homicidio doloso violento, entre 2015 y 2022.
*Datos a octubre de 2022. NOTA: Hay dos casos en los que no se precisa el año en que ocurrió el evento. Fuente: Solicitudes de información pública a 32 fiscalías y corporaciones estatales.
La cifra real podría ser aún más grande, pues ocho fiscalías (Morelos, Tamaulipas, Baja California, Hidalgo, Estado de México, Nayarit, Veracruz y Yucatán) se negaron a responder las solicitudes o dieron datos generales sin detallar la profesión de la víctima o del agresor.
Entre 2015 y 2022, a 45 hombres policías se les inició una carpeta de investigación por cometer un feminicidio u homicidio doloso violento contra una mujer. Del total, 25 hombres policías están acusados de feminicidio.
A las 32 corporaciones de seguridad pública estatales también se les preguntó cuántos de sus policías hombres fueron dados de baja porque se les inició un proceso de investigación penal por feminicidio u homicidio doloso violento contra una mujer. Solo dos corporaciones reconocieron un caso cada una, Nuevo León y Quintana Roo, el resto negó la información.
Para este trabajo también se realizaron búsquedas en notas periodísticas, a partir de las cifras brindadas por las fiscalías. Así se documentó al menos 7 casos en los que los policías fueron detenidos, apenas un 15% de los 45 reportados por las fiscalías.
Las cifras de impunidad de los delitos cometidos por hombres policías son escasas y opacas.
En Ciudad de México, la policía de investigación de la Fiscalía de Justicia, Karla Karina, fue asesinada por Julián, también expolicía de investigación y capturado, tras 7 meses prófugo; en Guerrero, Erika y su hija Fátima, asesinadas por José Luis, expolicía municipal de Acapulco y María de Jesús, policía municipal de Técpan, asesinada por el expolicía federal, Roberto Romero.
En Tlaxcala, la policía de investigación de la FGR, Emma Sofia, víctima de David, exagente de la misma corporación; en Chihuahua, la policía procesal Karina, ultimada por Iván Ismael, también expolicía procesal. Y en Puebla, la policía estatal Susana, asesinada por Efrén Hernán, expolicía estatal. Este último fue exonerado del delito de feminicidio por falta de pruebas, pero se le condenó por la desaparición forzada de la mujer policía.
Olivia Tena Guerrero, doctora en Sociología por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y coautora del libro “Mujeres en la policía: miradas feministas sobre su experiencia y su entorno laboral”, asegura que los feminicidios de estas mujeres son una doble responsabilidad del Estado que no ha logrado erradicar la violencia de género en las corporaciones policiacas.
“Es una responsabilidad sí, individual del policía agresor, pero también de una corporación donde sigue habiendo una indiferencia hacia las violencias que ellas viven”, enfatiza.
Tena Guerrero explica que las corporaciones son espacios dominados por hombres que en su mayoría presentan tendencias a ejercer una masculinidad violenta. Son entrenados en un sistema de jerarquías donde el mando ejerce poder absoluto sobre sus subordinados, quienes deben obedecer y guardar silencio.
Las instituciones de seguridad pública en México están integradas en un 76% por hombres y solo 24% por mujeres, según datos del Censo Nacional de Seguridad Pública Estatal 2021.
La mayoría de las mujeres policía se desempeñan como subordinadas.
“Hay varios elementos que generan esta situación, una de ellas tiene que ver con que son instituciones muy jerárquicas. Quienes están abajo tienen que guardar silencio, hay una exigencia de obediencia total, lo cual lo hace muy peligroso por el poder que se le da a quienes están en los cargos altos, que la mayoría son hombres”, agrega la especialista.
En este contexto, hay una duda lógica: ¿por qué a pesar de ser espacios dominados por hombres y con una fuerte tendencia a la violencia, una mujer decide convertirse en policía? En el estudio “Ser Mujer Policía” (2021), de la organización civil Causa en Común, respondieron a esto 300 mujeres policía del Estado de México: porque busca estabilidad económica, le gusta la profesión o algún familiar es policía.
Sin embargo, una marcada brecha de género al interior de las corporaciones limita el crecimiento profesional de las mujeres, las expone a ser víctimas de acoso, discriminación y violencia de género en sus lugares de trabajo y, en algunos casos, esto se traslada a su vida personal, destaca la organización.
La difícil situación de las mujeres policías ha sido, por años, invisibilizada.
La académica Olivia Tena enfatiza que es importante no retratar a las mujeres policía solo como víctimas. Destaca que ellas se sienten orgullosas de portar un uniforme, de tener acceso a vivienda, seguro médico e independencia que esto les da ante sus familias y comunidad. Pero tampoco se debe pasar por alto esa violencia sistemática que se ejerce contra ellas, la cual es responsabilidad del Estado.
“Las mujeres policía sufren violencia al interior de la corporación, en sus propias familias y también de la ciudadanía; de las mujeres que las miran con desconfianza o que incluso las agreden. No podemos cerrar los ojos a que hay mujeres en la policía que están viviendo este tipo de violencias y que es responsabilidad del Estado cambiar ese contexto”, destaca.
La violencia feminicida que nos ahoga en México no perdona y, como lo demuestran los casos de Jacquelin, Mayra, Dignora y Alina, puede ser aún más cruel si eres mujer policía.
Se contactó a las secretarías de seguridad y a las fiscalías de San Luis Potosí, Tijuana y Ciudad de México para que emitieran comentarios sobre los casos, pero no se obtuvo respuesta.
Este reportaje fue realizado con el apoyo de la International Women’s Media Foundation (IWMF) como parte de su iniciativa de ¡Exprésate! en América Latina.