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Un pantanal que se seca
El Pantanal viene sufriendo las consecuencias de una de las peores sequías en cincuenta años, dejando la región extremadamente vulnerable a incendios. Regiones del Pantanal que nunca antes habían secado, se han quedado sin agua.Aunque el Pantanal es un bioma resiliente, el aumento de la intensidad y duración de las sequías y de los incendios debido a los impactos de diversas acciones humanas en la región, como la deforestación, expansión de agricultura, ganadería y represamiento de los ríos, agravados por los cambios climáticos, han llevado el humedal a su límite. Habitantes y científicos temen el colapso del humedal.
El Pantanal fue el bioma que más quemó en Brasil en los últimos 36 años. En ese periodo, 57% del territorio (equivalente a 86,403 km2) se quemó por lo menos una vez, según el mismo estudio de MapBiomas.
En 2019, en plena crisis de sequía, los incendios quemaron 16,000 km2 del Pantanal. En 2020, la escala fue aún más catastrófica, quemando 39,000 km2. Esto representa un tercio de todo el bioma, y es un área equivalente al tamaño de Suiza.
Ante la situación de desespero, bomberos y grupos locales de habitantes y voluntarios del Pantanal del Norte (Mato Grosso) y Pantanal Sur (Mato Grosso do Sul) se organizaron ante la emergencia para combatir los incendios, rescatar animales y proteger sus territorios y a las reservas naturales de las cuales también dependen para su supervivencia.
“La vida del pantanero cambió completamente. Es muy difícil cosechar cualquier planta o fruta porque ya no llega la lluvia como antes. Esta sequía ha cambiado todo, los ciclos ya no son los mismos. Para cosechar una cebolla o un tomate hay que mojar mucho la planta, porque no hay lluvia. Cambió demasiado el estilo de vida del pantanero. Es terrible como sufre el ganado, sufren todos los animales y sufrimos nosotros también. Acá todavía estamos bien, pero allá hacia el Paiaguás ya no hay más agua para tomar. Campo y bosque verde así como se ve aquí allá ya no se encuentra, está todo demasiado seco.” -Aleixo Marques da Silva – Vaquero de Corumbá, Mato Grosso do Sul-
Los impactos ecológicos de los incendios de los últimos años en el Pantanal son incalculables. Se estima que cerca de 17 millones de animales pudieron haber muerto en los incendios de 2020, según una investigación científica publicada en Nature.
Desde los incendios que devastaron el humedal hace dos años, diversos grupos se han movilizado para formar y capacitar cuerpos de bomberos locales en comunidades ribereñas, rurales e indígenas de la región, como también para monitorear reservas y hacer lo posible para evitar que ocurra una nueva catástrofe en el Pantanal.
Producto de los incendios, casi la mitad de las tierras indígenas del Pantanal se quemaron en 2020, y los indígenas tuvieron que abandonar sus casas y refugiarse en otros municipios, según Agência Pública de Brasil.
Estos impactos también afectan negativamente la salud de las personas que viven en la región y sus alrededores, la producción de alimentos, su seguridad alimentaria y el acceso al agua.
“Si nosotros que somos pantaneros no nos organizamos para proteger nuestros bosques todo se acaba. Es demasiado trabajo intentar de apagar los incendios día y noche, día y noche. Nos entristece hablar de esto por todo lo que pasamos el año pasado con los incendios, no fue nada fácil. Muchos animales murieron, perdimos mucho, pero vamos recuperándonos. Hace dos o tres meses subíamos el río y casi no veíamos jaguares. Ahora a veces si vemos tres o cuatro y eso nos llena de alegría porque sabemos que los animales están volviendo. Es una señal de que todo nuestro esfuerzo para intentar controlar los incendios y proteger su hábitat valió la pena porque sí están volviendo de nuevo.” -Theylon Xávier da Silva – Pescador y guía de ecoturismo de Porto Jôfre, Mato Grosso-
Las principales amenazas que el Pantanal enfrenta son las quemas incontroladas, la deforestación, la expansión de la agricultura cerca de los ríos, el uso de pesticidas y la multiplicación de proyectos como hidroeléctricas e hidrovías, según el World Wildlife Fund (WWF).
La sequía del Pantanal se ha relacionado con el aumento de la deforestación en la Amazonía, ya que parte de la humedad del bioma proviene de los ríos voladores, flujos aéreos de agua en forma de vapor que proceden del océano Atlántico tropical y son alimentados por la humedad de la Amazonía, lo que contribuye a las precipitaciones y humedad del Pantanal.