El Programa de Mujeres en los Medios, abrió mi mente hacia términos y situaciones que desconocía o ignoraba, así como también me deja grandes lecciones sobre la diversidad que hay y la forma en que, muchas ocasiones, los medios de comunicación se prestan para emitir información errónea y prejuiciosa, que, a fin de cuentas, termina por satanizar, por así decirlo, a las personas que viven su libremente su sexualidad.
Creo que el tema de la diversidad sexual es el que ha hecho mayor eco en mí, porque sin darme cuenta, solía emitir ciertos prejuicios que a veces están disfrazados con lo que debería ser “normal”. Pero también, es difícil desarraigarse de las creencias con las que has crecido; es un proceso, pero poco a poco se logra salir de esa mentalidad cerrada.
En ese sentido, considero que hoy más que nunca, es necesario que los periodistas abonemos a tener una sociedad más democrática, empezando por las noticias que difundimos, haciendo una profunda investigación sobre las problemáticas que aquejan a nuestra sociedad. Sin embargo, la censura en muchas ocasiones, es difícil de controlar o evadir.
De la forma responsable con la que emitimos o difundimos noticias de temas delicados va a depender la comprensión de los lectores y con este panorama, hay que tener presente que el periodismo puede ser un arma liberadora, pero también una forma de sometimiento.
Hay un punto muy importante que me llevo de las últimas sesiones y es el hecho de trabajar, pero no ser esclavo del trabajo. Creo que a veces nos enfocamos demasiado en lo que hacemos, que se nos olvida que hay una vida allá afuera. Cabe destacar que nunca dejamos de aprender, cada día hay algo nuevo que nos deja una enseñanza.