Durante una sesión de Diego Osorno, periodista y escritor, pude conectar el contenido muy bien las siguientes charlas sobre la cobertura LGBTQ en medios de comunicación en el marco del programa de formación de la Fundación Internacional de las Mujeres en los Medios (IWMF). En particular llamó mi atención uno de sus proyectos: El futuro es nuestro, un podcast con diferentes historias. Hubo un capítulo de los que escuché que me llamó la atención, uno sobre cómo abordaron los periodistas deportivos los gritos homofóbicos en los estadios de México y una posible suspensión de la selección de ese país de cualquier competencia.
Este ejemplo quisiera usar como punto de partida para intentar deshilar la poca inclusión y autocrítica en este sector deportivo. Las autoridades del país y los comentaristas deportivos minimizaron los insultos de odio y lo consideraron como un tema de buena educación y que la prohibición afecta al futbol. Como bien lo explicaron los entrevistados de Osorno, el tema trasciende al deporte y es un flagelo que muestra una porción sobre cómo la sociedad evade tener esas conversaciones incómodas.
El tema de fondo siempre ha sido la escasa autocrítica de los medios de comunicación y el hecho de dedicar grandes portadas sobre cómo una posible prohibición podría arruinar siempre el deporte. El tema del discurso de odio hacia la comunidad LGBTIQ+, como siempre pasa desapercibido.