El poder, la religión y la transformación desde el periodismo

Fotografía: El Diario de Hoy/ Yessica Hompanera

Los últimos meses fueron de mucha conmoción a nivel nacional e internacional y nosotros fuimos capaces de retratar con nuestras palabras y fotografías duras realidades. Esto me dice que el periodismo es y sigue vigente como método de ilustración para la población por muy difícil que sea. Es mucho más que una herramienta informativa; es una fuente de cambios para los desprotegidos y un elemento fiscalizador del poder.

Durante las clases del curso ¡Exprésate! de la International Women´s Media Foundation (IWMF) aprendí que nuestro papel frente a la sociedad es vital para esclarecer las cosas que pasan desde el poder político, económico, social y religioso. Una de las tutorías que más me impactó fue cuando comenzamos a hablar del tema de la relación de la religión con la política de nuestros países.

Me impactó porque a pesar de vivir en una sociedad democrática pareciera ser que aún vivimos en la época donde los líderes religiosos tenían el poder de tomar decisiones del común. Mónica Cordero fue una de las ponentes en este bloque que me gustó porque iluminó el matrimonio de estos dos poderes. Al preguntarle cómo saber si en nuestros países existen o cómo se desenvuelven, ella respondió: “Sigue el dinero. Follow the money”. Esto como guía del enlace que pueden tener.

Fotografía: El Diario de Hoy/ Yessica Hompanera

Otro de las clases que me impactó fue el masterclass con Marcela Turati quien desde su visión me enseñó a contar las otras formas de escribir y retratar las duras historias sobre desaparecidos y víctimas de la violencia. Me cambió mi manera de ver las cosas porque me dio herramientas de cómo acercarme a las personas sin tener que volver a revivir experiencias dolorosas y revictimizarlos.

Algo que pondré en práctica será el hecho de preguntar sobre las sensaciones que despiertan en ellos el no tener a su ser querido. Turati recomienda preguntar por el tipo de sueño y qué lectura tienen de esas revelaciones; también, cuando son menores de edad, que plasmen en un dibujo sus sentimientos o emociones con respecto al hecho que se reporta. Estas son otras herramientas que nos ayudan al momento de la narrativa y por qué no, crear un impacto más allá de las reacciones de los y las lectoras.

A lo largo de las conversaciones, María Luz Nóchez y Élmer Menjivar nos explicaron que la utilización de conceptos para referirse a un grupo de personas puede generar algún tipo de discriminación. Uno de los cambios que hice a partir de este curso fue ocupar “población” y no “comunidad” LGBTI, ya que según expusieron la primera hace referencia a un aspecto más amplio y diversificado.

Me llevo grandes aprendizajes que sin duda los pondré en práctica para ser mejor en mi oficio y romper las barreras de la discriminación y la invisibilización a través del lenguaje.