El reto de aprender a escuchar y ser empática

En los últimos años me he especializado en temáticas anticorrupción, desvíos de recursos públicos, datos duros, números y más números. Temas que, quizá conscientemente, me llevaron a alejarme de las historias humanas, en un país que día a día reproduce más tragedias e injusticias sin freno. 

Este año, al volver a ver la convocatoria de Exprésate, decidí hacer un alto en el camino, desprenderme de todos los estereotipos sociales que he adoptado a lo largo de mi vida y aprender de nuevo a hacer un periodismo más empático. 

Fue así cómo llegué a Periodismo Más Incluyente, dispuesta a aprender a escuchar y a trazar nuevas estrategias para realizar coberturas que abonen a la construcción de una sociedad más justa.

Al terminar la primera sesión con Martha Lamas sobre la sexualidad y el género, me convencí de haber dado el paso correcto. Ricardo Baruch me obligó a abrir mi mente ante las diferentes identidades y expresiones de la sexualidad, pero también a empatizar con las graves carencias y desigualdades que viven, por ejemplo, las personas de la comunidad trans. 

Uno de los retos que asumo con entusiasmo, fue el lanzado por Guillermo Osorno, quien nos planteó 10 acuerdos para realizar un periodismo más incluyente: no revictimizar, romper con los estereotipos que discriminan, ampliar la perspectiva, entre otros. 

Cada sesión me ayudó a enfocar el panorama hacia distintas y nuevas narrativas que me retan y entusiasman. Sin duda, son tiempos de hacer un periodismo más incluyente.