Exprésate ha marcado un antes y un después

Empecé cursando la beca con altas expectativas, algunos conceptos claros –y otros no tanto- y sobre todo, muchas ganas de aprender.

La estructura del programa está muy bien planificada. Empezamos aprendiendo sobre cómo nombrar correctamente, desde conceptos como género, expresión de género e identidad, hasta hechos de violencia en contra de mujeres.

En el caso de aprender a nombrar correctamente a quienes forman parte de la comunidad LGBTIQ+, aunque esto es algo a lo que le puse mucha atención con anterioridad, en Exprésate descubrí algo que no había considerado antes: además de nombrarles correctamente, otra forma de hacerles visibles es sacándoles de las narrativas en las que comúnmente se les encasilla.

Así como lineamientos para resultados positivos, también vimos ejemplos de malas prácticas y esto hizo más claro la idea de cómo podemos potenciar cambios y aprendizaje en quienes nos leen,  o colaborar a seguir manteniendo estereotipos e ideas retrógradas.

Una de mis charlas favoritas fue la impartida por Henry España, Defensor de las Personas de la Diversidad Sexual de la Procuraduría de los Derechos Humanos, porque pude conocer algunos de los esfuerzos que está llevando a cabo esta entidad estatal, comprender a qué retos se enfrentan y qué tipo de información pueden brindar a los periodistas.

Las pláticas y ejercicios que realizamos con Silvia Trujillo, sobre todo aquellas en las que abordó el uso del lenguaje inclusivo, la interseccionalidad y la temática de la violencia contra las mujeres también me parecieron muy importantes para mi práctica profesional. Algo que me quedó grabado es siempre contextualizar lo que sucede, porque de lo contrario estos hechos son vistos como situaciones aisladas –tanto por nosotros como periodistas como por quienes nos leen- y siempre colocar información sobre las rutas de denuncia pues es algo que no ocupa mucho espacio y que puede ser crucial para una lectora.

Además de las clases teóricas, también hubo una sesión en la que Daniel Villatoro mostró algunos proyectos de temática LGBTIQ+ que habían sido desarrollados en distintos países. Ver otros trabajos además de inspirador me abrió la mente a nuevas posibilidades, sobre todo en el caso de los productos multimedia.

Definitivamente la etapa más retadora de la experiencia fue el entrenamiento HEFAT. Fueron días de cansancio físico y mental, pero también me permitieron saber cuál es la mejor forma de manejarme si llegara a estar en una situación de alto riesgo.

Formar parte del programa Exprésate me trajo beneficios de distintos aspectos. No solo compartí el proceso de aprendizaje con otras y otros periodistas, también me puse en contactos con profesionales que trabajan desde sus espacios en pro de las mujeres y la comunidad LGBTIQ+ y que luego podrán ser fuentes para mis investigaciones o un enlace para conseguir otras.

Si bien siempre he tenido las mejores intenciones y me he apegado a la responsabilidad de hacer un periodismo honesto y responsable desde que empecé a ejercer en 2014, al revisar algunas de mis publicaciones antiguas he podido darme cuenta de que hay cosas que hubiera podido desarrollar mejor. Puedo decir con seguridad que ahora puedo hacer un mejor trabajo. A cualquiera que desee formar parte de este programa le recomiendo que no dude  ni un segundo en aplicar.