El enfoque de género ha sido históricamente una de las debilidades del periodismo en Honduras. Después de las mentorías de ¡Exprésate! entiendo que es por desconocimiento, bajo nivel de profesionalismo, mandatos de editores y productores sin empatía, hasta por ideología religiosa. Estas y otras conductas provocan que los titulares abusivos y amarillistas estén a la orden del día.
Como nueva generación de comunicadores se siente el compromiso de saldar un poco la deuda de discriminación y ataques que durante décadas se ha tenido contra seres humanos, personas que lo único que han buscado es respeto, políticas públicas y apartar con valentía las trabas para vivir, en el mejor de los casos de forma plena. Además de trabajar con responsabilidad los casos de a quienes no se les respetó su derecho a la vida.
Tener acceso a expertos que nos comparten este conocimiento tan rico, es una de las mayores experiencias de haber sido parte de esta formación, más cerca del humanismo. En un país como Honduras tratando de orientar a través de una nota, entendiendo con humildad que debemos prepararnos a diario para que el mensaje que comuniquemos, no haga más daño que el que ya causó quien abusó.
El corazón de Centroámerica bombea la sangre de mujeres y personas LGTBIQ+ que corre por los asesinatos, pero termina de drenar en el titular que busca el rating. Aprendí a no revictimizar, donde la impunidad ya está casi garantizada, a entender al familiar. A llamar a las víctimas por su nombre Keyla, Sherill, Riccy, Allison y Thalía.
Luego de estos meses más dispuesta a narrar para visibilizar, evitando estereotipos discriminatorios. Gracias IWMF por enseñarme tanto y por el regalo de conocer grandes profesionales, que sé ahora somos una red de apoyo.