“Yo no quiero vivir engañada y no quiero que otra gente lo haga, aunque eso muchas veces no dependa de nuestro trabajo. Al menos, yo voy a saber la verdad”, fue la respuesta de Nincy Perdomo a la pregunta de porqué correr el riesgo de ser periodista en Honduras. Hablaba sobre el impulso que la lleva a asumir el peligro que implica hablar de hechos en un país donde se manipulan las perspectivas. Hablaba sobre estar dispuesta a seguir ejerciendo una profesión que les ha costado la vida a muchos. Hablaba sobre la paradoja —como ella lo definió— de dedicar una vida a eso que puede arrebatártela.
Nancy es periodista desde 2011. Aunque ella siempre quizo hacer cine, un inesperado ofrecimiento de trabajo en el periódico nacional El Heraldo determinó su camino profesional. Tiempo después terminó enamorándose de la reportería.
El día en que el cadáver del periodista hondureño Alfredo Villatoro fue hallado, Nancy tuvo una revelación. Durante el funeral, notó el gran número de colegas que estaban ahí, mitad en duelo y mitad haciendo su trabajo, a pesar de todo. “Esto me puede matar, pero lo voy a seguir haciendo”, reflexionó.
Hoy, cuando Nincy habla sobre esa pasión adquirida: el periodismo, resume: “Me encantó. Me encantó porque cada día es diferente, nadie te puede mentir. Lo que es, es lo que ves”.
-Celia Guerrero