Mi reto, mi contribución con la igualdad de género

Foto: Morena Pérez

El 30 de noviembre de cada año, en Guatemala se celebra el Día de la y del periodista.

La última fecha fue muy significativa para mi carrera profesional, pues desde ese día intento aplicar el lenguaje inclusivo a cada cosa que digo o escribo.

Antes de la clase con la socióloga Silvia Trujillo, del programa ¡Exprésate! del cual soy becaria, tuve conversaciones informales sobre el tema y creía en su importancia.

Sin embargo, fue hasta ese día que comprendí que su uso es aparentemente inofensivo, porque es aceptado por la academia, pero guarda en su interior una clara invisibilización de las mujeres.

Silvia Trujillo, socióloga

Con Silvia aprendí que el rol tradicional de la mujer es posible cambiarlo a través del uso del lenguaje inclusivo.

Ella me enseñó a no reproducir universos masculinizados, a rechazar los estereotipos, a evitar el uso de las formas masculinas siempre en la primera posición y a identificar correctamente a las mujeres y a los hombres.

Intentarlo ha sido todo un reto, pero hacerlo me da satisfacción, porque creo que, desde mi espacio, estoy aportando en el avance de la igualdad de género.

Sin conflicto con las normas gramaticales

El lenguaje inclusivo se puede integrar a cualquier texto sin entrar en conflicto con el uso apropiado de las normas gramaticales.

A continuación algunos ejemplos:

  • Los niños: Las niñas y los niños / la niñez / la infancia
  • Los alumnos: Las alumnas y los alumnos / el alumnado
  • Los padres de familia: Las madres y los padres
  • Los trabajadores: Las personas trabajadoras / el personal
  • Los docentes: Quienes se dedican a la enseñanza
  • Los políticos: Quienes toman decisiones / la clase política
  • Los migrantes: Las personas migrantes
  • Los sobrevivientes de violencia: Las personas sobrevivientes de violencia
  • Los médicos: Las médicas y los médicos / el personal sanitario
  • Marta Sánchez, jefe y director: Marta Sánchez, jefa y directora