Mirar distinto, mirar diferente

Somos realmente todas las personas iguales frente a la sociedad y las instituciones o, mas bien, deberíamos poder asumir, mas sencillamente y con mayor convicción, las diferencias que nos unen como seres humanos para evitar la exclusión, el racismo y la desigualdad? La pregunta no es filosófica sino política, tal como lo es la postura de nosotros, las y los periodistas, frente a las historias que relatamos a diario.

 

Analizar la realidad con rigor y honestidad es el primer paso para alimentar debates serios sobre el mundo que nos rodea. En ese sentido, hablar de la vida a través del filtro del género, la orientación sexual de las personas retratadas, representa uno de los desafíos más emblemáticos de nuestra época. Tan globalizados e interconectados con el mundo entero, descuidamos, a veces, que somos nosotros las y los primeros en tener que admitir la complejidad de la realidad que miramos, que no existen conceptos absolutos, que las historias siempre se relatan desde lo específico de cada situación.

 

Puede una persona transexual vivir libremente y ser aceptada, en su orientación sexual y sentimental, fuera de la calle nocturna donde la mayoría de la sociedad la pretende ver, siempre, sumergida en la espiral de prostitución y violencia que la demoniza, excluyéndola de cualquier proceso de inclusión y de toma de decisión política? Podemos las y los periodistas abrir brechas, con nuestros relatos, para una mejor comprensión del entorno que nos rodea? Podemos ser agentes de cambio, invirtiendo las dinámicas dominantes, incluyendo miradas, enfoques y asumiendo posturas diferentes hacia la realidad. Podemos, en fin, ser personas diferentes.