Periodismo más Incluyente ha sido para mí un espacio en el que reafirmo que el periodismo salta de la urgencia por la novedad, al ejercicio de la empatía en el trabajo. Los temas relacionados a mujeres o población LGBTQ+ a menudo son rechazados en las redacciones o vistos como oportunidades de innovar. Esto, sin embargo, no debería ocurrir sin reflexiones previas sobre las personas con las que vamos a tener contacto. No siempre se trata de víctimas, pero sí de poblaciones vulnerables o invisibilizadas. A ellxs lxs mostraremos, quizá, por primera vez ante una sociedad conservadora, y será importante la forma en que lo hagamos. 

De los temas que para mí fueron elementales, fue el diálogo con Ámbar sobre la población trans. En las redacciones este es un tema desconocido, como ningún otro en relación a la población LGBT+. En mi trabajo es un conocimiento necesario, pues en política cubrimos, por ejemplo, la discusión legislativa que podría existir sobre la Ley de Identidad de Género o procesos electorales en los que, a menudo, se violenta sus derechos. La mirada siempre será importante para identificar estas violencias, y creo que eso es lo que he adquirido, un cambio en la mirada. 

Además, el diálogo con lxs compañerxs ha sido completamente enriquecedor. Escuchar sus experiencias abordando temas de género, los retos en sus trabajos, el acercamiento a las víctimas e incluso los errores cometidos, son muy importantes. Esto abona a que nunca más en nuestros textos victimicemos o que en nuestras entrevistas seamos invasivxs o poco empáticxs por falta de conocimiento. Siempre, estas reflexiones y debates se tratan de personas que se sentirán escuchadas y representadas. De eso, creo, se trata el periodismo más incluyente.