Si lo puedo resumir en una oración, “Va más allá de incluir mujeres y/o minorías en mis textos y reportajes”. Claro, esto lo sabía de alguna manera. Pero es siempre importante ser recordado de esto de una forma minuciosa, acuciosa, activa y exhaustiva. Aprendí, también, que, para lograr un balance adecuado, verdaderamente inclusivo, y no nocivo, es necesario realizar un trabajo detallado que involucre conocimiento, al menos básico, en Derechos Humanos, antropología, sociología, historia, derecho, incluso.
Recuerdo una experiencia con un editor. Estaba yo realizando un reportaje sobre un tema del cual conocía poco y este editor me sugería fuentes. Me di cuenta que eran todos hombres. Se lo hice notar y me dijo, “Las fuentes son las que son; si te ponés a buscar una mujer, a un indígena, etcétera, me vas a entregar la nota tarde”.
Admito que muchas veces he usado la premura del periodismo como excusa. Y esta es una falla a veces ineludible del periodismo, la premura, y que resulta en inexactitudes y desbalance. Pero como dijo Silvia Trujillo en clase, “¡Estamos en todas partes!”. Además, apoyo lo que una compañera dijo, que este tipo de cursos deberían estar también enfocados a editores y editoras, pues es ahí donde muchas veces nosotros como reporteros y reporteras perdemos las batallas.
Resalto, por ejemplo, la presentación de Malu Nóchez y su puntual crítica al uso del lenguaje y contenido en medios masivos; fue valioso empezar el taller con su participación. Esta presentación con la de Silvia Trujillo (la de coberturas sobre mujeres) me llevan de vuelta a preguntas fundamentales: ¿Cómo esta historia/cobertura afecta a las mujeres? También fascinado por la disertación de Siobhan Guerrero y el amplio contexto que nos brindó en temas de políticas, desigualdad, migración. Y con la de Carlos Romero, cuya única experiencia y conocimiento me dio ideas para reportajes y coberturas, alrededor de la memoria histórica. Las reflexiones compartidas por Christian Gruenberg y su “sepan que trabajan en un espacio que adhiere al patriarcado”. Finalmente, creo que la que más impactó y retó fue la participación de Lilian Vásquez, específicamente su aporte sobre el sector justicia; es necesario considerar siempre el entramado legal en nuestros reportajes y cobertura.
Del uso del idioma, a contexto histórico y cultural, a un profundo análisis personal y espacios de trabajo, a conocer parte del trasfondo legal, y todo de expertos y expertas tenaces y empáticas, el taller fue una experiencia formativa, crítica y transformadora.