Voy camino a la reivindicación de mi periodismo

En El Salvador, las mujeres trans siempre han sido invisibilizadas. El machismo, heredado por hombres y mujeres, les ha causado mucho sufrimiento a lo largo de la historia. Me disculpo por eso y debo reconocer que aunque nunca fue mi intención, lamento mucho no haber escrito nunca sobre ellas en los 13 años que llevo haciendo periodismo. 

Sin embargo, hoy más que nunca, estoy convencida que pese al caos social y económico que provoca el régimen de Nayib Bukele, es un buen momento para la reivindicación. No por mí, sino por ellas. Es que “La vida puede renacer en una grieta”, tal y como lo escribió el viejito gruñón de Ernesto Sabato en su libro “La Resistencia”. Vamos a renacer juntas: ellas y yo. 

Lo creo y por eso, tras recibir este curso de “Periodismo + Incluyente”, quiero hacer periodismo sobre los obstáculos que tienen las mujeres trans al momento de buscar servicios de salud en el sistema público. Es indignante que no sean reconocidas por su nombre femenino, sino que usando altavoz las llaman por su identidad masculina.  Me indigna que el sistema sea poco empático y que las haga sentir mal. 

Paralelo a eso quiero agradecerle a la maestra María Teresa Ronderos por inyectarnos fuerza y valor a las y los periodistas que estamos siendo acosados y perseguidos por hacer nuestro trabajo. La empatía de una “crack” siempre es necesaria para seguir adelante.